El Primer Imperio
La fecha que marcó el inicio de la Segunda Era fue el año 5872. Este fue el año en el que Sharrum-Kin, un esclavo Alto Elfo consiguió armar a sus hermanos en contra de una causa común, derrocar a los reyes humanos que dominaban las tierras y formar el primer auto proclamado Imperio Élfico, sin embargo, el líder de esta rebelión no pretendía liberar a los esclavos para erradicar la esclavitud, pretendía asediar el poder y gobernar como emperador, poniendo el valor de una vida élfica por encima de el de la humana, usando a los humanos como carne de cañón y peor que le habían tratado a él, todo con tal de extender su imperio. Y fue tal el orgullo de los elfos y su odio hacia una raza que consideraban menor, que no hubo uno que no se uniera a la causa, creando una expansión que dejó marca en toda la historia.
El dominio de este imperio llegó a abarcar la mayor parte de las Grandes Colinas, encontrando dificultad en dominar las zonas más cercanas a los Muros Montañosos, fortificados por enanos y en el inicio de las Tierras Monstruosas, que eran entonces un terreno yermo, árido y solo poblado por criaturas sedientas de conflicto y destrucción.
El imperio duró en su estado pleno más de mil años, hasta la muerte por causas naturales de Sharrum-kin. Desde entonces, y por culpa de la corta vida de cualquier emperador que ascienda al trono, por causas extrañas o directamente asesinato en las calles, el imperio está en decadencia. Los elfos luchan por los escaños de poder, mientras que día tras día pierden terreno en sus fronteras ante los Reinos Humanos que retoman sus tierras en reconquista, enanos que asedian sus montañas e incluso hordas que arrasan sus ciudades. Ni siquiera a día de hoy nadie sueña con que la capital del imperio caiga, dado el alto poder adquisitivo que controla y lo bien fortificada que está. Pero el imperio, después de miles de años, no es lo que un día llegó a ser.