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Edad antigua (ADP) < 0

Antes de la llegada de los Peregrinos, una enorme jungla primigenia se extendía por todo el continente excepto en el extremo norte. En este salvaje mundo primitivo no existía la civilización, solo bestias compitiendo entre sí en una infinita carrera por la supervivencia. En aquel entonces, Shabana era una región montañosa y húmeda, con grandes lagos salados rodeados de enormes árboles y pantanos. Respecto al clima, las lluvias eran constantes en la Shabana primigenia, especialmente durante la existente temporada de monzón. Al oeste del continente, en la región que rodea los montes Aurak, se encontraba completamente cubierta por el mar, y su frontera norte aún no estaba cerrada por las montañas Kiralizor. Así describen las parcas leyendas y registros de la época que se conservan este mundo antiguo y olvidado al que llegaron los Peregrinos en su eterna égida por el multiverso.

El albor de los Peregrinos (DLP) 0 — 975

Guiados por su ignota voluntad y oscuros motivos, los Peregrinos comenzaron a llegar a Voldor en la que será conocida como la Primera Gran Migración. A partir de ese momento empezaron a experimentar con linajes de mundos y tiempos remotos con el objetivo de crear las razas de esclavos que les servirían en su nuevo dominio. Al mismo tiempo, la maquinaria desarrollada por la raza de las estrellas empezó a destruir paulatinamente el ecosistema voldórico original y en pocos años construyeron Zaselsan, en la que sería con el tiempo la región central del continente de Voldor. Los Peregrinos transformaron gradualmente aquel primitivo mundo para amoldarlo a sus necesidades y le fueron dotando de nueva vida. Según nos cuentan las escasas fuentes que aún perduran, poco después emergieron a la luz de Avor los primeros saurios y dracónidos. Fueron las primeras creaciones exitosas de los Peregrinos, si bien estos los consideraban toscos y poco apropiados para disfrutar de su presencia. Los humanos fueron traídos a Shabana desde otras zonas inmediatamente después como mano de obra flexible, junto con los medianos y los gnomos. Estos eran los encargados de manipular algunas creaciones mecánicas de sus amos. Solo tras varias décadas de experimentación los Peregrinos lograrían concebir a los primeros elfos después de mezclar su esencia primigenia con la de los humanos. Estos esclavos actuarán como sus mayordomos, oficiales y criados de confianza hasta el fin de los días, confiándoles sus señores el cuidado de las instituciones más importantes.

Antes de finalizar la segunda década de su ocupación, los Peregrinos comenzaron a deforestar el extenso bosque que cubría las llanuras de Shabana en poniente, convirtiéndola en una infinita meseta desprovista de su otrora salvaje espesura. Su objetivo era convertir la región en el granero que debería alimentar a sus legiones de esclavos. Para ello, una partida de los primeros fórmigos, diseñados para el trabajo físico a gran escala, empezarían a trabajar diligentemente la tierra y, de forma secreta e instintiva, también en una primitiva formigoesfera en la que habitar. Al mismo tiempo, el imperio de los Peregrinos continuaba horadando la tierra, construyendo sus ciudades subterráneas conectadas por la creciente red de canales, de las que emergían aquí y allá las Torres de Fulgor, listas para alimentar de energía todos estos asentamientos. La primera Torre de Fulgor de Shabana aparece antes del primer siglo del gobierno de los Peregrinos.

Durante el segundo siglo los enanos fueron creados como constructores y arquitectos, principalmente para explotar las minas de sal y xion. Los esclavos humanos no tardan mucho en remplazarlos en las operaciones mineras de mayor riesgo debido a su rápida reproducción, que ayuda a cubrir las constantes pérdidas con mayor velocidad. Muchos fueron también enviados a Shabana para ayudar a los fórmigos en la construcción de acequias, pero su mayor número fue utilizado para construir las grandes ciudades de Vajra. Según más y más razas fueron apareciendo sobre Voldor lo hicieron también las primeras revueltas de esclavos. Los orcos y los batrok fueron creados para actuar como capataces, vigilantes y mayorales, y eran los encargados de controlar a los grupos de esclavos mediante el miedo y la fuerza. La cruel mano que dirigía la brutalidad de estas criaturas era la de los elfos.

A mediados del primer milenio, el canal de Xerecron ya conectaba con el mar interior de Oculta y alimentaba la red de canales de todo Voldor. Tuvo entonces lugar la Segunda Gran Migración de los Peregrinos, que pasaron a poblar las regiones de Vajra alrededor de Oculta, así como Shabana. En el año 845 tiene lugar la Rebelión de los Olvidados. Por todo Voldor, algunas razas esclavas, ahora olvidadas y borradas de la historia, se alzaron en armas contra sus amos con la ayuda de unos pocos dragones que habían permanecido ocultos hasta ahora. Los Peregrinos, que aún no habían terminado su migración, logran responder a los rebeldes al equipar a los esclavos saurios, batrok y orcos con armamento militar avanzado. Durante las batallas muchos elfos se ganaron el respeto de sus amos como generales, pues la rebelión fue reprimida de manera brutal y la raza de las estrellas pudo realizar así una serie de purgas destinadas a evitar que volviese a ocurrir.

En el año 976 culmina la Tercera Gran Migración de los Peregrinos. Vajra empieza a expandirse para acoger a incontables Peregrinos que pasan a habitar las enormes ciudades que sus esclavos construyen para ellos. Shabana sigue siendo una región poblada mayoritariamente por esclavos.

El cenit de los Peregrinos (DLP) 976 — 3,106

En el año 1000, los Peregrinos, mediante un gran ritual, elevaron una parte importante del terreno de Shabana sobre el nivel del mar con el fin de obtener una mayor superficie cultivable. Es entonces cuando el oeste de Voldor toma su configuración actual. Sus enormes máquinas encauzaron el Mármeron, comenzando la extracción de la sal de los mares de Voldor a una escala masiva. En este periodo, el hito más importante es la fundación de la gigantesca Urbe de los Espejos bajo Shabana en el año 1358, un lugar de terrible hechicería y experimentación con vítreo de xion. La magia de esta colosal ciudad se alimentaba mediante la aledaña Torre de Fulgor y desde allí empezó a formarse la nueva expansión de los canales de Vajra.

Mientras tanto, los fórmigos de Shabana habían ampliado la formigoesfera a espaldas de sus amos para conectar sus colonias entre sí bajo tierra. Las dos colonias más alejadas quedan unidas en el año 1736.

En el año 1869, para facilitar la extracción de minerales de gran nobleza y utilidad, el Peregrino conocido como Kiralizor creó unas gigantescas montañas mediante un poderoso ritual ctónico y se convirtieron en su feudo particular. Kiralizor trajo consigo a miles de enanos que excavaron las fastuosas mansiones de piedra donde habitaría su señor y su corte. Allí nace un río que será conocido en el futuro como río Pardo, que alimentará la laguna Minmara. Justo debajo de esta los Peregrinos empezaron a procesar la sal con gigantescas máquinas. Para ello socavaron las montañas, creando profundos canales de agua que arrastraban con sus corrientes las sales y minerales hacia la superficie. Todos estos ríos fueron canalizados montaña abajo, formando una masa de agua salada de poco calado que cubría cientos de hectáreas de las llanuras de Shabana. Allí, empleando mano de obra esclava y magia a partes iguales, los Peregrinos edificaron inmensas salinas de las que obtener toneladas de sal. Aunque la gran mayoría del mineral fue recolectado y transportado por los esclavos, una pequeña parte quedó sedimentado en el suelo, volviendo el terreno insalubre y estéril. Una vez terminada la colecta de sal, los Peregrinos pierden interés en el antiguo río salado y abandonan el lugar, pues el resto de la región ya cumple su función como campo de cultivo masivo.

A principios del tercer milenio se desplazaron ingentes cantidades de esclavos humanos a las minas de xion de Shabana. Para controlar esta enorme masa de mano de obra esclava, los Peregrinos crearon a los crueles gnolls, quienes sirven como refuerzo a los elfos en su labor. Tienen lugar constantes revueltas entre los mineros, siendo la más importante la del año 2499, que es sofocada sin piedad por elfos y gnolls. El líder de las tropas de represión es un joven elfo, maestro de campo, llamado Falesin.

En 2678, el linaje enano autodenominado como Rocasangrienta fundó su hogar en las tierras que les fueron concedidas tras derrotar a una descomunal aberración huída de los laboratorios de la Urbe de los Espejos. Poco a poco, los leales enanos empezaron a recibir permiso para ocupar más tierra al capricho de su señor Kiralizor. Poco después, en el año 2713, un grupo de dragones rebeldes ataca los campos de cultivo de Shabana, destruyendo miles de hectáreas y asesinando centenares de fórmigos. Los Peregrinos respondieron con fría y medida brutalidad, aniquilando a los rebeldes personalmente en una noche de fuego mágico. Empezó entonces una gran hambruna en Voldor donde los más afectados fueron humanos, hipótidos y medianos, quienes murieron de hambre por puro utilitarismo. Los fórmigos lograron recuperar la mayor parte de las tierras perdidas por el ataque de los dragones en apenas un lustro. Para aquel entonces, millones de esclavos habían muerto de hambre y solo el poder de los ejércitos leales a los Peregrinos pudo evitar que el caos se apoderase del continente. En este contexto, en el año 2718, Farlessian nace en el seno de una poderosa familia de militares de Zaselsan.

Falesin, futuro rey de Zaselsan, es honrado como gran general de los ejércitos de los Peregrinos debido a su éxito al reprimir mediante espionaje, terror y ataques quirúrgicos los intentos de rebelión de los esclavos. Así, se considera el año 2720 como el primer año de su gobierno, ante unos Peregrinos cada vez más indiferentes a los asuntos de sus inferiores. Como consecuencia aparecen los primeros ingratos (Banjora) entre los elfos, que conspiran en secreto para liberarse y vivir bajo la luz de Avor. Falesin desmanteló esta organización y los ejecutó personalmente en 2801. Ese mismo año, un Farlessian de apenas 80 años empieza una fulgurante carrera militar al servicio de su rey.

A principios del cuarto milenio los brujos destinados a la Urbe de los Espejos culminaron el artefacto conocido como la Lente Demoníaca con el oscuro objetivo de llamar, atar y dominar a poderosos diablos, demonios y otros seres extraplanares. Tras varios fracasos, son creados y esclavizados los primeros tieflings.

El ocaso de los Peregrinos (DLP) 3,106 — 3,975

Durante esta época la naturaleza de Voldor empieza a desestabilizarse, especialmente a finales del segundo siglo del milenio. Por todo el continente estallaron gigantescas tormentas sin previo aviso, se iniciaron ciclos de terremotos que duraron semanas, surgieron volcanes y plagas que diezmaron las poblaciones de esclavos. Los primeros Peregrinos que deciden abandonar Voldor lo hicieron en 3106 con una gran ceremonia en la que sacrificaron a miles sus criados para alimentar un portal planar. De manera gradual, muchos otros Peregrinos decidieron comenzar otra égida en busca de un nuevo destino. Esto, unido al caos climático, empieza a debilitar el dominio de la raza de las estrellas sobre sus esclavos.

Durante este periodo, fruto de las tormentosas lluvias que golpean la cordillera Kiralizor, los antiguos canales subterráneos vuelven a llenarse de agua y no tardan en formarse torrentes de gran fuerza que bajan de las montañas arrasando vegetación y edificaciones a su paso. Las inundaciones y las riadas son constantes durante casi un siglo, lo que provoca la pérdida de gran parte de los campos de cultivo de la región. Como efecto secundario se fortalece el río Pardo, que baja con rapidez de las montañas y cuyo caudal erosiona el suelo y arrastra el salitre dejado por las antiguas salinas de los Peregrinos. Cuando la etapa de tormentas termina, el río se ha mantenido estable y la enorme laguna de Minmara acoge el agua que baja de las Kiralizor, convirtiéndose en la mayor masa de agua salada del continente. A pesar de esto los Peregrinos no muestran interés en ella, pues hay problemas acuciantes en otros lugares de su imperio.

Tras las tormentas comienza una época de sequía en la región. Shabana, cuyas tierras han perdido mucha de su antigua vegetación por la fuerza del agua, empieza a desertizarse masivamente hacia el 3200 y los fórmigos, cada vez menos controlados por sus amos, comenzaron a acumular grano y a organizar cultivos subterráneos en previsión del futuro. Poco tardaron en estallar revueltas por todo el mundo mientras los Peregrinos abandonaban Voldor con destino desconocido. Las huestes élficas de Falesin libraron numerosas guerras por mantener el control mientras usaban los medios mágicos de sus amos para prolongar aún más sus vidas. En el año 3389 tiene lugar un evento que marcará la historia de Shabana en los próximos siglos: Farlessian se une a los Ingratos en secreto y, paralelamente, se convierte en la mano derecha de Falesin por su liderazgo en batalla.

Como consecuencia del abandono de los Peregrinos, en el año 3451 la Urbe de los Espejos estalla, liberando por todo Voldor energías mágicas masivas y a cientos de demonios que habían sido recolectados en los años anteriores. Muchos de estos demonios poseerán los cuerpos de los esclavos, especialmente los de los tiefling, como estrategia de escape. Por su parte, los esclavos que sobrevivieron se asentaron en la superficie dando origen a algunos pueblos de la región, como los shabaudi y los venheli. 

Según los registros de Melionii, en 3501 un grupo de exploradores fórmigos atestiguó que Shabana era ya un desierto en su práctica totalidad. También informaron de la presencia de numerosos espíritus y muertos vivientes, probablemente por la emisión de energías mágicas tras la explosión de la Urbe de los Espejos.

En el año 3600 los gnolls trataron de hacerse con el control de Zaselsan mediante una rebelión armada contra los elfos, a la que estos respondieron con brutalidad. Los supervivientes huyeron a través de los Baldíos y se refugiaron en las cercanías de los montes Aurak. Pocos siglos después, aproximadamente en el año 3970, los últimos Peregrinos abandonaron Voldor, dejando atrás a los llamados «remedos». El rey Falesin trató de mantener el control del continente mediante una farsa destinada a hacer creer a los exesclavos que la raza de las estrellas seguía entre ellos. Finalmente, en el año 3975, la farsa cae y la era de los Peregrinos acaba.

La era de las nuevas civilizaciones (DLP) > 3,975

Tras la marcha de los Peregrinos, los Ingratos («Banjora» en élfico) reclamaron el fin de su vida en Vajra y buscaron la libertad bajo los cálidos rayos de Avor. Como era de esperar, los elfos lealistas cazaron con saña a estos herejes gracias a los útiles arcanos tomados de sus amos. Llevaron a cientos de Banjora a la muerte, y dieron por acabada a la llamada Hermandad de los Ingratos al menos media docena de veces. Por supuesto, incluso con sus asesinatos, los Bastarre no fueron capaces de suprimir las ansias de libertad de sus congéneres, y únicamente les obligaron a mejorar en la tarea de ocultar su afiliación. Lo que nadie sabía, ni siquiera el poderoso Falesin o su consorte Driza dur’Favuz, era que el principal protector de la Hermandad de los Ingratos era el general Farlessian, uno de sus hombres de confianza y el ejecutor de la voluntad de la realeza.

Farlessian, cuya vida había sido prolongada durante casi un milenio por los Peregrinos en agradecimiento a sus leales servicios, solo había conocido la vida subterránea. Pero en sus sueños veía a Avor en toda su brillante gloria, y aquello le atormentaba. Así, empezó a buscar a otros Bastarre con su padecimiento, buscando primero una cura para aquellas pesadillas y, posteriormente, para encontrar cierta fraternidad. Tras muchos fracasos tuvo éxito y pudo conocer a la primitiva Hermandad de los Ingratos. Por cien años Farlessian conspiró, reunió a más elfos que anhelaban vivir bajo el cielo y la luz de Avor, realizando los sacrificios necesarios para distraer a su señor y acumular recursos para una peligrosa hégira. Esta pudo arrancar cuando los Peregrinos comenzaron a abandonar Voldor, causando más y más disturbios según su número menguaba y mientras brutales terremotos sacudían Vajra. Era evidente que el orden establecido estaba desmoronándose, y que los elfos tenían dos alternativas: vivir entre las ruinas del imperio de los Peregrinos o salir a la superficie para construirse un nuevo hogar.

Cuando fue evidente que los últimos Peregrinos habían desaparecido de Voldor y los elfos eran incapaces de controlar su legado, el caos estalló. Durante una revuelta de esclavos en el año 4000, el rey Falesin envió al general Farlessian a controlar el reino con una masacre. Pero el general, en vez de obedecer a su señor, tomó los recursos acumulados en secreto durante años por su Hermandad y partió en búsqueda de un hogar lejos de Vajra. Las tropas leales sufrieron incontables bajas al intentar aplacar la rebelión, y los Bastarre jamás han perdonado aquella traición.

La Hermandad recorrió el oeste y sur de Voldor durante casi un lustro. Descendieron a lo largo del río Xomindar hasta que los violentos saurios les hicieron retroceder. Llegaron luego a la costa, más allá de los montes Aurak, pero los gnolls abundaban en aquellas tierras y se cebaron con los colonos, capturando y arrastrando a docenas de ellos al interior del desierto. Una partida de guerra dirigida por Farlessian con la misión de rescatar a los cautivos y acabar con los gnolls fue enviada al interior del yermo. Vagaron durante largas semanas, y aunque no encontraron la base de los gnolls, sí dieron con algo tan valioso como único: una enorme laguna de agua salada rodeada de arbustos de color castaño y pequeñas flores amarillas. Farlessian decidió que ahí se instalaría su gente. No fue fácil: los elfos eran grandes magos y guerreros, pero no constructores de ciudades, pues hacía siglos que su gente no se preocupaba por ello. Afortunadamente, en las cercanías se encontraban algunas tribus de fórmigos con las que Farlessian pudo establecer alianzas. De no haber sido por los industriosos fórmigos que prestaron su fuerza obrera a cambio de ayuda frente a los gnolls, Vindusan no existiría como tal. E, igualmente, de no haber sido por los experimentados Banjora, las ciudades fórmigas hubieran sido barridas por los ataques de los gnolls y los morlocks. 

Durante el resto de esta era, Vindusan sufrió toda clase de calamidades. Solo veinte años después de fundar la ciudad, en 4025, el rey Falesin lanzó un primer intento de devolver al redil a sus antiguos súbditos. Una hueste dirigida por su nuevo general de confianza, Enkar, emergió de las frondas de Kymelin y marchó aguerridamente hasta la laguna. El plan de Enkar era exhibir un tremendo poderío bélico que provocase la inmediata rendición de los rebeldes con su sola presencia. Los Banjora respondieron primero con incursiones nocturnas, protegidos por el desierto, que se cebaron con los mandos y víveres de la expedición. Una vez los Bastarre perdieron la paciencia comenzaron a sufrir hostigamientos por parte de incursores y jinetes Banjora hacia los grupos más expuestos del ejército. Enkar acabó trastornado y, temeroso de fracasar, ordenó lanzar un ataque sobre la ciudad, una operación apresurada y mal organizada que Farlessian había anticipado. El ejército Bastarre, amplio y masivo, no pudo actuar frente a la más pequeña pero bien coordinada hueste Banjora, que emergió de entre las dunas para  regar la arena con la sangre de sus hermanos. Enkar fue devuelto a Kymelin junto a los escasos supervivientes, donde por su fracaso fue torturado y ejecutado por la propia mano del rey.

Ya en el año 4189, estalló por todo Shabana una guerra entre los elfos de Vindusan y las tribus gnolls de Kaer Aramnim, un conflicto que durante cien años arrasó el oeste de Voldor y en la que elfos, centauros y fórmigos se alzaron con la victoria a un coste desmedido. Entre las incontables bajas élficas se contaba el propio Farlessian, muerto a manos de Angwar, la Gran Madre Hiena, durante la ofensiva final. Su cuerpo no fue enterrado, sino cremado, para que fuera tan libre en la muerte como lo había sido en vida. Le sucedería su hijo, Draknessian, quien gobernó Vindusan hasta casi la actualidad. Kaer Aramnim, la ciudad de los gnolls, fue destruida como parte de la batalla final. 

Poco después, en 4271, nació el primer menkarre de Vindusan. Elfos afectados por una rara condición que provocaba que la luz de Avor quemase su piel, cegase sus ojos y agostase su salud. Entre la sociedad vindusina estalló el debate sobre qué hacer con estos extraños elfos: los hubo que hablaron de una maldición, otros exigieron erradicarlos, y la mayoría sintió compasión. Así, Draknessian decretó que seguían siendo Banjora pese a su condición, por lo que se empezaron a construir hogares subterráneos para ellos y ordenó que continuasen siendo mantenidos por sus familias.

En el año 4310, Edfraya Ojoclaro y el clan Rocasangrienta llegan a Shabana dispuestos a labrarse un nuevo futuro en la región. Diez años después, y tras muchísimos sacrificios, lograrán estar firmemente instalados al norte de Shabana. Una plaga de origen desconocido cayó sobre la ciudad de Vindusan en 4321, la llamada «fiebre gris» en la que los elfos enfermaban en masa, perdiendo su fuerza hasta ser incapaces de soportar su propio peso. Los médicos, clérigos y sanadores de Vindusan se mostraron incapaces de poner fin a la pandemia, y cientos murieron. Finalmente, un grupo de aventureros descubrió que la fiebre gris era una creación de un culto de Ahzek infiltrado en la ciudad, y lograron poner fin al impío ritual que alimentaba la plaga. Aunque los responsables murieron y sus intenciones no pudieron ser descubiertas, muchos sospechan que los elfos Bastarre se encontraban detrás de la plaga.

Durante esta era, gran parte de los esclavos tiefling, junto a algunos demonios, escapan de Vajra y se asientan en el desierto. En pocas generaciones darán lugar a los venheli al cruzarse con los humanos de Shabana.

Entre los años 4400 y 4481 tuvo lugar en Vindusan el llamado Ciclo de las Guerras de Sal. Durante casi un siglo, distintos grupos de mercenarios y saqueadores liderados por caudillos, intentaron tomar la ciudad una y otra vez para hacerse con la preciosa sal de la laguna. La ciudad sufrió ataques, sabotajes e incluso en una ocasión fue saqueada por bandidos shabaudi. Sin embargo, los Banjora, junto con sus aliados, lograron repeler y finalmente aniquilar a todos y cada uno de los ejércitos invasores… si bien muchos de los señores de la guerra huyeron indemnes.

En el año 600 de la actual era el Terror Blanco azotó la región, en especial a las ciudades fórmigas de las profundidades. Las hordas de morlocks emergieron de las más recónditas simas de Vajra y, sin que se conociese el porqué, se cebaron con los habitantes del submundo. En los primeros años los fórmigos se vieron incapaces de contener la marea de invasores mutantes pero, por fortuna para todos, Vindusan acudió en auxilio de sus aliados enviando un vasto ejército que fue capaz de contener y luego expulsar al Terror Blanco de las zonas más importantes, aunque se perdieron muchos puestos avanzados y colonias. Este conflicto afianzó la relación entre elfos y fórmigos.

Hace apenas cinco años Draknessian perdió la vida en una violenta tormenta de arena, que también se llevó por delante a gran parte de la familia real. Su hijo menor, Varcassian, uno de los pocos supervivientes, tomó el Manto del Halcón, pasando a ser el líder supremo de Vindusan, aunque no estaba en absoluto preparado para ello.