Recuerdos de Lulu y Azor
  1. Journals

Recuerdos de Lulu y Azor

Recuerdos perdidos

Introducción


En este compendio se muestran los recuerdos de la Almofante Lulu en Averno, perdidos en  algún momento del pasado tras entrar en contacto con las aguas del Estigio, su vida anterior junto a Azor y conocimiento nuevo adquirido sobre la Archiduquesa.

Los recuerdos se disponen en un orden cronológico.

Fragmentos Pasados

Antes de empezar la búsqueda por los Páramos que le devolvería partes rotas de sus recuerdos, Lulu poseía estos fragmentos de su pasado.

Lo que más recordaba era su amistad con un bello ángel guerrero. Ella y su ángel llegaron a la ciudad de Elturel y lideraron un ejército de caballeros de esa ciudad en una carga hacia los mismísimos Infiernos. (Lulu no recuerda la batalla en sí, pero supone que perdieron y cree que fue así como perdió la memoria). A veces esto le parece un truco de magia: recuerda haber cabalgado a través de los portales de los Infiernos, haber visto las llanuras de Averno extendidas frente a ella, y luego... Todo el mundo ha desaparecido y ella está sola en las llanuras rojas.

Recuerda a su vez una playa plateada bajo un par de lunas azules, a veces recuerda que su ángel guerrero estaba con ella allí. También volar sobre un vasto océano oscuro, el agua refleja un cielo lleno de estrellas como diamantes y en las negras profundidades, nada una enorme ballena hecha aparentemente de motas doradas de luz. O mirar por una ventana hecha de gemas engarzadas en plata y oro, a través de un paisaje verde donde dragones metálicos revolotean por el cielo. En otro recuerdo, el sabor de la sangre y la piel en la boca. O un bullicioso mercado excavado en un acantilado, hablaba con un león alado con el rostro amable pero severo de un hombre. E incluso volar sobre una extensión ilimitada de basalto negro y agrietado, mientras una fila de extrañas criaturas poliédricas marcha por debajo, de horizonte a horizonte.

El Comienzo


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Puente de Azor: La Averníada

Azor es representada (anacrónicamente en su forma diabólica) en medio de un exuberante y verde paraíso.

Inscripción: "Sirvió en los ejércitos del Señor de los Nueve en su juventud, cuando Averno aún no se había convertido en el Noveno."

Espada de Zariel: Las Legiones del Cielo

Una legión de solares en posición de alerta, con sus espadas en llamas apuntando hacia abajo. Delante de ellos, inspeccionándolos, hay otro ángel. Monta un león alado de oro. Su rostro comparte la belleza feroz y leonina de su montura.

Azor está allí, de algún modo más joven en su belleza atemporal. ¿Una inocencia alrededor de sus ojos? ¿Una ingenuidad? ¿Un afán?

El ángel montado se detiene. Habla, pero no a Azor. A un ángel un poco más adelante.

Mariscal Celestial: "¿Cómo te llamas?"

Chazaqiel: "Chazaqiel, Mariscal Celestial, de la novena legión."

Mariscal Celestial: "¿Sabes por qué estás aquí, joven?"

Chazaqiel: "Elíseo busca reclamar el paraíso de Averno."

Mariscal Celestial: "Gracias, joven."

El león alado despliega sus alas y se eleva hacia el cielo.

Mariscal Celestial (dirigiéndose a toda la asamblea): "¡A la gloria, mis ángeles! Hacia las llanuras esmeralda nos elevaremos, ¡y allí forjaremos nuestro destino! Las Legiones del Cielo asegurarán el Octavo Cielo."

Espada de Zariel: La Gran Traición

Os encontráis volando en alas emplumadas a través de una jungla de noche. En algún lugar cercano, el bosque está ardiendo: un muro de llamas azules que hace bailar extrañas sombras entre el follaje que se retuerce. El aire se tiñe de humo púrpura. Sigues a otro ángel, tu oficial al mando.

"¡Zariel!"

Otro pequeño escuadrón de ángeles surge de la noche, liderado por Chazaqiel. Tu oficial al mando -que te das cuenta que es Azor- se eleva en el aire.

Zariel: "¡Kentarch Chazaqiel! ¡Gracias a los Cielos! ¿Sabes algo del Princeps Sanniel?"

Chazaqiel: "Sanniel ya no está al mando. Ahora yo soy el Princeps."

Zariel: "¿Qué quieres decir? ¿Murió en la revuelta planar?"

Chazaqiel: "No. Se volvió contra el Mariscal Celestial."

Zariel: "¿Contra Ashmedai? ¿De qué estás hablando?"

Chazaqiel: "Las cosas están cambiando, Hecaton. Ya no seremos un juguete entre Elíseo y Celestia. Ashmedai ha reclamado el Averno para sí. El gran trabajo acaba de comenzar. Cabalgaremos hacia el paraíso en las fauces de la batalla."

Zariel: "¿A dónde?"

Chazaqiel: "A los Infiernos."

Zariel: "¡Esto es traición!"

Chazaqiel: "¡No seas necia, Zariel! ¡Hiciste un juramento al Mariscal Celestial! ¡Ahora obedécele! ¡Obedécenos!"

Zariel: "Hice un juramento a los Cielos, Chazaqiel. A los Cielos por encima de todo."

¡Azor desenvaina bruscamente su espada y ataca! Chazaqiel bate sus alas y vuela hacia atrás justo fuera de su alcance.

Recuerdo desencadenado: Conocer a Azor

Lulu recuerda el nombre que le dio a su compañera ángel guerrera cuando la conoció, por su movimiento veloz, grácil y mortal como un Azor. Se volvió su buena amiga y el ángel que la acompañó el resto de su vida.

Máquina Onírica: Conversación Perdida

Azor: "Chazaqiel ha traicionado todo en lo que creemos. Debes verlo. Al infierno con él si eso es lo que quiere, ¡pero romperíamos nuestro juramento por seguirle!"

Recuerdo desencadenado: Discusión

"¡No se me ha dado la oportunidad de hablar!"

Lulu escucha los rugidos de su ángel guerrera, está siendo retenida por una falange de ángeles alados, le está gritando a alguien. Azor quiere... ¿Testificar? Alguien está siendo juzgado. Azor siente que no se está haciendo justicia.

"¡Tu traición, Ashmedai, nos costó todo! ¡No importa lo que esta farsa de justicia ordene! ¡No importa lo que Erathis te permita hacer! ¡Diré mi verdad!"

La Cruzada de Azor y Lulu


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Rumor, Algoran: Primera Visita a Idyllglen

La historia de los Kuchei se remonta al pueblo fluvial de Idyllglen. En él se le rendía culto, hace más de 700 años atrás, a una ángel guerrera que vino a defender sus tierras de los gnolls que la asediaban. Este ángel se llamaba Azor, y de ella se talló una estatua en el centro del pueblo para no olvidar su historia.

Espada de Zariel: Primera Visita a Idyllglen

Azor está montada sobre Lulu en su forma de mamut de guerra dorado. Una pequeña fuerza de planetars y otros celestiales se disponen detrás y por encima de ellos. En un reciente campo de batalla de barro y sangre, observan a una diablesa montada en un terrible sabueso infernal y rodeada por una variopinta banda de diablos.

La diablesa tiene la piel cobriza, el pelo oscuro y dos cuernos de carnero curvados en la cabeza. Sus labios están curvados en una sonrisa sensual que no hace mella en sus ojos leonados.

Azor: "¿Qué te ha traído al plano mortal, diablo?"

Glasya: "Parece que lo mismo que a ti, ángel. Perseguimos al señor demonio Yeenoghu y seguimos a la bestia inmunda hasta aquí, hasta su carnicería entre los humanos."

Azor: "¿Y tu nombre?"

Glasya: "Soy Glasya, hija de Asmodeo."

Varios de los planetarios se adelantan con un fuerte batir de alas. Azor levanta la mano para mantenerlos en paz.

Glasya: "¿Y el tuyo?"

Azor: "Azor para ti. ¿Tus intenciones?"

Glasya: "Completadas, creo. Yeenoghu ha escapado de nuestra trampa. Lo más probable es que se haya escabullido de vuelta al Abismo con el rabo metido entre las piernas. [mira a los planetares] ¿Tendremos que meter también el tuyo?"

Planetar: "¡Sólo tendrá cola cuando te la haya arrancado!"

Glasya (ríe): "Ven, Azor. Ata a tus perros y yo ataré a los míos. Me gustaría hablar contigo sin que nuestras voces queden ahogadas por el ruido de sables."

Azor hace un gesto hacia un pequeño bosquecillo a un lado. Glasya se lo piensa, asiente con la cabeza y desmonta. Azor hace lo mismo, dejando atrás a Lulu y a los demás mientras ella se marcha a negociar con la diablesa.

El sabueso infernal de Glasya se acerca a Lulu y olfatea. Lulu retrocede. El sabueso infernal se acerca... y le lame la trompa.

Glasya y Azor regresan. Azor anuncia que ambos han acordado dejar los campos de Idyllglen en paz, habiendo "luchado por un propósito común".

Máquina Onírica: Segunda Visita a Idyllglen

Los campos de Idyllglen comienzan a descomponerse una vez más en ese lodo espeso y negro. 

El lodo negro se agita un momento más y luego se queda quieto. Sólo un vacío negro que parece presionaros desde todos los lados.

"¡No sois ogros! Identificaos."

Hay una luz dorada resplandeciente: ¡Lulu! ¡Iluminada como si llamas doradas bailaran a través de su pelaje! Azor está a horcajadas sobre ella. La repentina luz también revela un pequeño grupo de soldados vestidos de forma irregular, liderados por una mujer de largo pelo negro.

Azor: "¡Sabed que yo soy Azor! Por el pacto de antaño y en atención a vuestra llamada, ¡vuelvo a vosotros en vuestra hora de necesidad!"

La mujer sonríe, caminando hacia delante: "Soy Yael de Idyllglen. Y estamos en apuros, milady."

Azor desmonta y extiende su mano, estrechando la de Yael: "Me alegro de conocerte, Yael de Idyllglen."

Recuerdo desencadenado: El Salón Alto

Una visión doble del Salón Alto y de la antigua ciudadela que una vez estuvo en la cima del monte. Al atravesar las puertas, la visión se intensifica y ve a dos Jinetes de Elturel. Una mujer humana de piel oscura y pelo largo arrodillada ante un hombre humano pálido con barba pelirroja. El hombre se acerca y le ofrece la mano a la mujer, diciendo:

"Hábleme de su Cruzada, milady"

Y esta responde:

"Gracias, Lord Olanthius..."

Máquina Onírica: Viñetas

Planeando el regreso: Azor está de pie, mirando las estrellas. Lulu está acurrucada a sus pies.

Azor: "Miro a través de los vastos golfos del multiverso, y estoy enferma por la necesidad de cambio."

Lulu: "Si cambio es lo que buscas, entonces tendrás que buscar en algún lugar nuevo para encontrarlo."

Azor: "Son estos mortales. Hablar con ellos -sentir el calor y la fugacidad de su pasión- ha despertado en mí la verdad. Puede que nosotros seamos eternos, pero ellos no. Y si les fallamos, nuestra eternidad hace que el fracaso sea aún mayor."

Lulu: "¿Tan grande es la fuerza que los mortales pueden ejercer en tu corazón?"

Los Ángeles Desafectados: Azor atravesando las olas.

Lulu: "¿Y cuando las fuerzas infinitas del Abismo se abatan sobre nosotros?"

Azor: "¡Entonces lucharemos!" [se ríe] "Pero no. Cuando haya una avanzadilla, otros se unirán a nuestra causa. No soy el único ángel descontento. Dales una oportunidad y la aprovecharán."

Sueña un poco más a lo grande: Lulu y Azor de pie, una al lado de la otra, mirando a las estrellas.

Lulu: "¿De los Poderes del Cielo? Desde luego, ¡estás siguiendo el consejo de esa humana! Tu sueño es imposiblemente grande."

Azor: "Tal vez. ¿Pero lo soñaremos juntos?"

Lulu: "Para toda la eternidad."

¿Qué Ejército?: Azor y Lulu sentados en la playa frente a frente.

Lulu: "¡Ya tienes un ejército!"

Azor: [tras un momento de confusión] "¿Te refieres a Yael?"

Lulu: "Y a su milicia. Sí."

Azor: "¡Esa es una fuerza para ogros bandidos, no para guerras demoníacas!"

Lulu: "¡Pero lo podría ser!"

Secretos del Cielo: Lulu y Azor sentadas en un tronco, una al lado de la otra.

Azor: "No les gustará que les fuercen la mano."

Lulu: "Entonces debemos mantenerlo en secreto."

Azor: "Mientras podamos."

Ejército Mortal: Azor acariciando la parte superior de la cabeza de Lulu.

Lulu: "Entonces será una cruzada."

Azor: "¡La cruzada de los valientes, cuyo coraje nunca será quebrantado!"

Dando una oportunidad a los mortales: Azor levita a unos metros del suelo, con las alas desplegadas. Riéndose. Lulu la mira.

Azor: "¡Lo han hecho! ¡Han marcado la diferencia! ... Y quizá ahí esté la clave. Desde la eternidad nada puede cambiar, pero si a los mortales se les da una oportunidad..."

Lulu: "¿Qué clase de oportunidad?"

Azor: "¡De luchar! ¡De tomar las espadas y decir que su destino es suyo! ¡Que ya no son niños! ¡Que ya no se quedarán de brazos cruzados mientras dioses y endiosados malgastan la eternidad!"

El Segundo Frente: Azor está dibujando algo en la arena plateada con el dedo; Lulu está levitando en el aire, mirando hacia abajo por encima de su hombro.

Lulu: "¿Pero con qué fin?"

Azor: "¡Para romper el equilibrio! Demonios contra diablos. El Cielo contra el Infierno. La Gran Rueda es una trampa. Gira, pero nunca termina. Romperemos la rueda."

Lulu: "¿Cómo? ¿Dónde?"

Azor: "La Guerra de Sangre. Los Poderes del Cielo se niegan a intervenir, a romper un ciclo eterno que consume almas mortales sin fin. Pero si creamos un segundo frente - si rompemos el equilibrio - eso podría ser todo lo que se necesitaría."

Máquina Onírica: Conversación Perdida

Azor: "Puede ser una locura. Pero, ¿te unirás a mí?"

Yael: "Sí. Soñemos un poco más a lo grande."

Visión de Bahamut: Los Tres Generales

Estás en posición firme con una especie de uniforme ceremonial en un pequeño grupo de caballeros vestidos de forma similar. Cada uno lleva una pequeña insignia en su hombro izquierdo, que representa un par de soles gemelos. Delante de ti, en un campo cubierto de hierba, hay tres jinetes que llevan insignias idénticas: Una mujer de piel oscura y pelo largo sobre un corcel negro. Un hombre pálido con barba pelirroja sobre un caballo blanco. Y el ángel que es Azor montado en un mamut alado de pelaje dorado. Acercándose desde el otro lado del campo hay otro hombre montado con armadura de placas completa y casco, este flanqueado por una guardia de honor.

Cuando el hombre se acerca al trío que tienes delante, detiene su caballo y desmonta. El trío hace lo mismo. Un heraldo se adelanta y anuncia: "Haruman, Señor Caballero de las Colinas Lejanas saluda a Lord Olanthius".

El hombre con barba sonríe. "Os saludo, Lord Haruman. Y bienvenido a Elturel. Me complace presentarte a Lady Yael de Idyllglen y a Azor, solar de Celestia".

"¡Y yo soy Lulu!", proclama el mamut.

Haruman se quita el guantelete izquierdo y extiende la mano, estrechando a cada uno de los otros por turno ¡y también, con una carcajada, el tronco de Lulu! Escoltado por Lord Olanthius, avanza por la fila. En unos momentos se detiene ante ti y te tiende la mano.

Máquina Onírica: Conversación Perdida

Una voz intensa masculina: "¡Yeenoghu ha regresado! Arrasa los asentamientos de las Aguas Serpenteantes!"

Recuerdo desencadenado: Agrupación

Lulu cabalga en el aire con su ángel guerrera, espada en mano, sobre su espalda. Están a la cabeza de una enorme columna de Jinetes soldados, saliendo de las puertas de una ciudad. Todos los jinetes llevan una insignia que representa dos soles gemelos, uno más grande que el otro.

Visión de Bahamut: El Golpe de Yeenoghu

A través de las sombras, los sonidos de la batalla se intensifican. Tu visión se aclara para mostrarte montando a caballo a todo galope. El sol que cuelga en lo alto del cielo azul te ciega momentáneamente. Tus compañeros están contigo. Delante de ti, a lomos de un mamut dorado y liderando tu carga, está la angelical Azor. Estás rodeado por una enorme batalla: un ejército de caballeros, en su mayoría humanos, está luchando contra una horda de gnolls.

Un muro de gnolls de pelaje negro se acerca a trompicones por la cima de la colina frente a ti. Docenas de ellos. Tal vez cientos. Azor llama por encima de su hombro: "¡Guardad los flancos! Voy a abrir un camino". Luego espolea a su montura para que aumente la velocidad; los pies del mamut se deslizan por el suelo.

Después del combate, os reunís con Azor y subís a la cima de la colina. Desde allí podéis contemplar los campos de cultivo agitados y arruinados por la batalla, sembrados con una alfombra de muertos. A su izquierda hay un pequeño pueblo, Idyllglen. Una estatua angelical en su centro, ahora rota. Algunos edificios están en llamas.

A unos cientos de metros, al otro lado del campo, se encuentra un demonio gnoll de tres metros de altura. Sostiene en alto a una mujer de pelo oscuro, Lady Yael, por el cuello. Al ver a Azor al otro lado del campo de batalla, se da la vuelta y, con un tajo de sus garras, abre una brecha púrpura en el aire. Con un cacareo parecido al de una hiena, que cruza el campo como un relámpago negro, salta a través del portal con Lady Yael todavía agarrada en su mano derecha con guantelete.

Máquina Onírica: Tercera Visita a Idyllglen

El lodo negro se desprende para revelar un campo de batalla. Es caótico. Las líneas de batalla de los cruzados azoristas se han encontrado con una masa voraz de gnolls y las primeras líneas son un frenético combate cuerpo a cuerpo. Uno de vosotros está sacando su espada del cuerpo muerto de un gnoll.

Lulu está cerca y Azor está montado sobre ella. Pero incluso en ese momento de respiro, Azor grita: "¡Lulu! ¡Ayuda a mantener la línea aquí! Voy a ver cómo está el terreno."

Mientras Azor sale disparado por los aires, otro grupo de gnolls se precipita colina abajo.

Conforme uno de vosotros da el golpe de gracia a la matriarca gnoll, su grito es ensordecido por un terrible sonido de trompeta que resuena por todo el campo de batalla. 

Le sigue una voz monstruosa que resuena a través del cuerno de toro. Habla en abisal: "¡Volved! ¡Volved! Demonios del Abismo, ¡a las armas! ¡Conmigo! ¡Cabalgamos por la bandera de Yael! ¡A Yael destrozad!"

La piel del gnoll se desprende, revelando una forma demoníaca, quitinosa y alada que levanta el vuelo y vuela hacia la orden abisal.

"¡A Yael! A Yael cabalgamos!"

Máquina Onírica: Conversación Perdida

Azor: "¡El señor demoníaco huye ante nuestra ira! ¡Y se ha llevado a uno de los nuestros! ¡Al rescate y la salvación! ¡A la carga!"

Recuerdo desencadenado: Portal

Lulu frente a un portal arremolinado de energías rojas, con su ángel guerrera montada a sus espaldas. Se encuentran en un campo verde manchado de sangre. El portal es casi hipnótico. Lulu no puede apartar los ojos de él. Azor grita el nombre de alguien a quien Lulu no puede ver en el recuerdo, todo son formas sombrías que se pierden en su mente dañada. La voz de Azor vuelve a tomar forma:

"¡...se ha llevado a uno de los nuestros! ¡Al rescate y a la salvación! ¡A la carga!"

Lulu salta a través del portal carmesí...

Máquina Onírica: La Traición de Jander Estrellasol

Azor está a horcajadas sobre Lulu y la General Yael está a su lado en su corcel negro. Las banderas de batalla de los cruzados de Yael están cerca. Se encuentran en lo alto de una pequeña elevación en las llanuras de Averno, rodeados por un gran número de soldados.

Azor: "El ejército demoníaco está cediendo ante el ataque de Olanthius. Creo que Haruman podría atraparlos en una tenaza y acabar con el terror de Yeenoghu para siempre."

Yael: "Estoy de acuerdo. Mientras mi ejército se mantenga fuerte, podremos mantener al ejército diabólico ocupado hasta que su sangriento trabajo esté hecho."

En ese momento, una trompeta desesperada suena por todo el campo de batalla. Azor, Yael y Lulu se sobresaltan.

Yael: "¡Yo no di ninguna orden!"

Lulu: "¿Qué está pasando?"

Yael agarra el pelaje de Lulu y grita: "¡Vuela! Tenemos que ver."

Lulu se lanza al cielo, llevando a Yael y Azor hacia una formación de cruzados montados en pegaso.

Yael: "¡Informa!"

Jinete Pegaso: "¡El pelotón de Estrellasol ha dado la señal de retirada!"

Yael: "¿Qué?"

Jinete Pegaso: "¡La llamada se está extendiendo!"

Mirando hacia abajo, se puede ver que una enorme sección del ejército de Yael se está alejando hacia el gran portal a través del cual Yeenoghu condujo a los Cruzados a Averno. Pequeñas unidades de otras secciones del ejército, incluyendo algunos de los ejércitos de Haruman y Olanthius, los están siguiendo.

Azor: "¿Pero qué ha hecho?"

Jinete Pegaso: "¿Qué debemos hacer?"

Yael ve la desesperación de Azor y por un momento la inunda. Ella también está perdiendo la esperanza. Y entonces una fuerza de acero parece entrar en sus ojos; su espalda se endereza.

Yael: "Envía un mensajero. Ordena a Jander que regrese. ¡Entonces reúne al resto de la reserva! ¡Vamos a cargar contra el ejército diabólico! Tenemos que mantenerlos alejados de Haruman."

La duda desaparece de los ojos de Azor.

Azor: "¡Los demás formad a mi lado! Tenemos que interceptar a esos demonios voladores. ¡Mantenedlos alejados de los jinetes de abajo!"

Yael suelta a Lulu y se lanza hacia el ejército que espera abajo.

Siguiendo las órdenes de Azor, los pegasos comienzan a reunirse en una formación tridimensional por encima de la batalla.

Los pegasos vuelven a estar en formación. Los ojos de Azor se desvían hacia el portal, donde Jander Estrellasol y los Jinetes Infernales huyen de vuelta al plano mortal.

Para no volver jamás.

El portal se cierra.

Azor ordena la carga.

Visión de Bahamut: La Petición de Azor

El calor rojo del Averno te invade. También los sonidos de la batalla, pero sólo a distancia. Se oye un trompeteo y las sombras son barridas como la niebla en un viento fuerte, ves al ángel Azor arrodillado en el polvo. Lady Yael, vestida para la batalla con una armadura maltrecha, ensangrentada y cubierta de polvo, se arrodilla en el suelo a su lado. Azor está poniendo su espada brillante en las manos de Lady Yael.

Yael: "Me niego. No me pidas esto."

Azor, sonriendo con tristeza: "Debo hacerlo. Lo hago. Mira más allá de este día olvidado. Por última vez, necesito que sueñes un poco más a lo grande."

Yael llora y luego, incapaz de hablar, asiente, tomando la espada de Azor.

Suena otra trompeta y el mamut dorado de Azor se acerca cargando. "Los ahuyenté, pero hay otro grupo acercándose."

Azor se quita el guantelete derecho que le queda y entierra su mano en el pelaje del mamut, tomándose un momento de consuelo. "Mi vieja amiga. Hasta la vista. Tal vez nos volvamos a encontrar, pero no lo creo. Necesito que vayas con Yael. Ayúdala a asegurarse de que mi Espada no sea capturada por las fuerzas del Infierno. Que se convierta en un símbolo de todo lo que hemos luchado. Aunque haya terminado en una locura, que nuestros actos tengan un significado."

Mientras el velo formado por sombras de oro te envuelve de nuevo, borrando lentamente todo excepto la espada que aún brilla en la mano de Yael, la voz de Azor continúa: "Esto es lo último que te pediré. Protege a Yael."

Espada de Zariel: La Petición de Zariel

Estás en otro lugar en el campo de batalla de Averno. Zariel está arrodillada en el polvo. Lady Yael, vestida para la batalla con una armadura maltrecha, ensangrentada y cubierta de polvo, se arrodilla en el suelo a su lado. Azor está poniendo su espada brillante en las manos de Lady Yael.

Yael: "Me niego. No me pidas esto."

Azor, sonriendo con tristeza: "Debo hacerlo. Lo hago. Mira más allá de este día olvidado. Por última vez, necesito que sueñes un poco más a lo grande."

Yael llora y luego, incapaz de hablar, asiente, tomando la Espada de Zariel.

Pero el momento cambia, y ves que en el momento en que Azor entrega la Espada, también entrega algo más: Una parte de sí misma. Una chispa. Un fragmento de su alma eterna y celestial.

Soy el recuerdo de Zariel que fue y que puede volver a ser.

Soy la espada de su voluntad y la hoja de su alma.

 Azor sigue hablando a Yael, pero gira la cabeza y sus ojos ardientes pasan a mirarte fijamente:

"Esto es lo último que te pediré."

Visión de Bahamut: El Comienzo de la Caída de Azor

Hay una especie de oscuridad tintada; un velo nauseabundo de sombras arremolinadas. Luego, un rayo de luz dorada. La luz crece lentamente en intensidad y las sombras se desgarran, como un manto que se abre ante tus ojos. En el punto en que la luz es casi cegadora, se vuelve rojiza y se vuelve ardiente. Seca y ardiente. Un viento árido y abrasador.

Cuando tu visión se aclara, estás de pie en un campo de batalla bajo el cielo rojo sangre de Averno. Un enorme montículo de diablos yace muerto. Otros diablos, aún vivos, están sacando los cuerpos del montículo, murmurando entre ellos.

En el fondo del montículo, cuando un último cadáver es clavado en una horca y arrojado a un lado, se revela el cuerpo de un ángel. Su piel es blanca como la porcelana. Su pelo es la luz dorada del sol del atardecer. Sus alas son de marfil teñido de sangre.

Los diablos retroceden. Algunos sueltan gritos, pero uno de ellos mira hacia atrás por encima del hombro y de repente cae postrado al suelo. Otros también, siguiendo la mirada del primero, se tienden en el suelo.

Un alto diablo de piel granate y carmesí, vestido con túnicas negras y doradas, se adentra a grandes zancadas entre los cadáveres dispersos. Posee una belleza leonina, con dos cuernos oscuros casi imposiblemente largos que se curvan con gracia desde su frente.

Los ojos del diablo arden mientras mira al ángel. Al tiempo que se quita un guantelete de la mano izquierda, revelando las garras que hay debajo, se gira y pregunta, con una voz suave de elegancia y gracia:

"¿Dónde está su Espada?"

Recuerdo desencadenado: Derrota

Lulu recuerda haber volado por encima de un terreno baldío de roca negra y arenas rojas. Había una Jinete humana de piel oscura y pelo largo a su espalda llorando suavemente. Debajo de ellos, un vasto mar de diablos surge en dirección contraria. Lulu intenta volar aún más rápido. Mirando hacia atrás, en el centro de la masa convergente de monstruos ve un rayo de luz dorada que se dispara en el aire. Y en el centro del rayo, una hermosa y angelical mujer con alas blancas y manchadas de sangre lucha contra la masa que lentamente abruma y apaga su luz. La mujer en la espalda de Lulu hace callar sus lágrimas y dice:

"Vuelve tu mirada y afronta lo que está por venir y no lo que está detrás. Debemos volar rápido, amiga mía. Tenemos que ir lejos."

Yael... Ese era el nombre de la mujer. Yael.

Recuerdo desencadenado: Estigio

Lulu está montada en una especie de ferry dirigido por una mujer de pelo oscuro. La mujer lleva una gran espada atada a la espalda que brilla suavemente con una luz dorada. Se dirigen río abajo. Las orillas del río son bastante altas, bloqueando la vista de Lulu del paisaje circundante. Pero desde una de las orillas llega un aullido demoníaco. Y luego otro. Los aullidos se acercan cada vez más, y entre ellos se oían... carcajadas?

Máquina Onírica: Última Parada en el Estigio

Escucháis la voz de Yael que sigue hablando, pero ahora es una especie de cántico sobrenatural. Parece tirar de vosotros. Vuestra visión comienza a aclararse. Os encontráis rodeados por una suave ondulación. Como la superficie de una piscina de escudriñar, que os muestra:

Yael y Lulu a bordo de un ferry infernal navegando por el Estigio. El barco ha sido descascarillado y está inclinado hacia un lado; se hunde lentamente.

Están rodeadas de demonios. Lulu acaba de atravesar a dos de ellos con sus colmillos y, con un movimiento de cabeza, los arroja por la borda. Mientras Yael entona los componentes verbales de un conjuro.

Poco después de la llegada de los Espíritus Celestiales, Yael llama a Lulu: "¡Estamos perdiendo el navío! Tenemos que volver a Averno para escapar de los demonios que nos rastrean desde el Abismo." Yael vuela a lomos de Lulu, dejando que los Espíritus Celestiales cubran su retirada.

Máquina Onírica: El Final

El campo de batalla se derrite bajo Yael. El recuerdo vuelve a tomar forma.

Yael está junto a Lulu en los páramos de Averno. Están solas. Yael se desploma contra el costado de Lulu, aferrándose a su piel para mantenerse en pie. Mira hacia el horizonte: Hay una enorme nube de polvo. Se acerca una gran fuerza.

Se gira y mira en la dirección opuesta. A lo lejos se ve un grupo de manchas negras. Están lejos, pero los agudos ojos de Lulu pueden verlos: Demonios. Y se están acercando.

Yael: "Está hecho. Ya no hay lugar al que huir."

Lulu: "¡Tiene que haber algo que podamos hacer!"

Yael: "Lo hay... ¿Confías en mí, Lulu?"

Lulu: "Hasta el final."

Yael desenvaina la Espada de Azor. Estalla con una luz dorada y divina. Un faro que parece desafiar a las fuerzas del mal que se acercan.

Yael levanta la Espada por encima de su cabeza. "¡A todos los dioses de los cielos, imploro vuestra ayuda! En el nombre de Zariel, Solar de Celestia. En nombre de Yael Kuchei de Idyllglen. ¡En el nombre de las almas mortales que han muerto en esta noble causa! ¡Suplico una bendición para cumplir el último deseo de un ángel moribundo! Os ruego que no abandonéis a la más grande y audaz de vuestras guerreras."

Lulu se echa hacia atrás sobre sus patas traseras, levanta el tronco y da un bramido. El sonido es ensordecedor, pero a la vez tranquilizador. Puedes sentir a la almofante vertiendo su propia esencia celestial en la llamada de Yael, la empática resonancia de su trompeta retumbando por las llanuras de Averno mientras conduce la súplica de Yael a través de los planos.

Y hubo una respuesta.

Quizá no una voz. Sino una presencia. Montando el bramido de Lulu de vuelta a través de los límites planares.

Yael: "Pélor..." murmura. "Gracias." Y entonces ella hunde la espada en la superficie rocosa de los páramos de Averno. Hay un enorme estallido de luz sagrada.

Lulu: "¡Yael! ¡No!" Puede sentir a Yael vertiendo su propia fuerza vital en el regalo que Pélor le había ofrecido.

Yael mira a Lulu y sonríe: "Todo lo que nos queda ahora es nuestro sueño."

La luz se intensifica. Es una ráfaga cegadora que parece no acabar nunca.

Pero entonces termina. Levantándose del suelo, de la confluencia del poder sagrado y el sacrificio mortal, hay una fortaleza de alabastro.

Aquí la Espada estará protegida.

Aquí la Espada estará a salvo.

Pero la propia piel de Averno se rebela ante este toque sagrado. Los páramos hierven en una erupción pustulenta. Un quiste cancerígeno y sangriento surge hacia arriba, engullendo la fortaleza, a Yael y a la propia Lulu. Dejando a la vista solo una Costra Sagrienta.

Recuerdo desencadenado: Pélor

Incluso a día de hoy, el recuerdo de la llamada del barrito de Lulu hace que oiga el eco de un sonido de trompeta imposiblemente fuerte.

Recuerdo desencadenado: Últimas Palabras de Yael

"Todo lo que nos queda ahora es nuestro sueño."

Lulu recuerda una breve imagen de una Jinete humana de piel oscura y pelo largo que dice sus últimas palabras, antes de ser engullida por una luz imposiblemente brillante que emana de algo que aprieta entre sus manos.

Puente de Azor: Azor y Lulu

Azor (anacrónicamente en su forma diabólica) aparece con Lulu, Yael, Haruman y cinco diablos. Sus nombres figuran en textos infernales.

Inscripción: "En memoria de sus camaradas perdidos durante los largos eones de lucha."

Rumor, Gideon: Testimonio de Gideon

Allí la contemplé. Su belleza era tan grande que parecía quemar mis ojos. Y sin embargo, a través de mi ceguera, pude verla con mayor claridad que cualquier otra visión que haya contemplado.

Tenía cuatro grandes alas blancas. Y una espada de acero celestial tan afilada que podía oír el zumbido de su filo. Un arma hecha para escindir la división entre el alma y la mente.

Pero entonces vi a esta Esencia de la perfección desprenderse de su espada y con ella su mano izquierda. Sus alas se volvieron negras. Sus ojos se convirtieron en pozos de fuego negro que lloraban. Y un propósito grande y terrible surcó su mirada.

Gideon: "¿Pero por qué se ha alejado de la luz?"

La mujer: "Se apartó de la luz porque ésta la cegaba."

Gideon: "¿Acaso la luz no nos permite ver?"

La mujer: "Esa es la mentira de la luz. Sólo pensamos en lo que ilumina, pero no en lo que nos oculta."

Gideon se da cuenta de que la Gran Ceguera -la Gran Mentira- es que los dioses protegen al hombre del caos.

"... ¡pero no es así! ¿Moradín? ¿Bahamut? ¿Erathis? ¿Pélor? Ninguno de ellos luchó contra el Abismo. ¡Reclaman la gloria de esa guerra, pero no derraman sangre en ella!"

Esta es la razón por la que Azor se apartó del Cielo. Ella vio la verdad de su propósito sagrado; la Gran Necesidad de enfrentarse al Caos. Y vio que su "divina" fuerza era impotente porque sus dioses lo habían querido así. Así que se alió con los Infiernos. Porque son los Infiernos los que luchan contra el caos. ¡Son los Infiernos los que se sacrifican en la Guerra de Sangre! Son los Infiernos los que luchan eternamente para que nosotros, pobres mortales, podamos ganarnos unos años de libertad en el plano mortal.

Sin ella, todo se convertiría en el Caos. Y todos los que no están con ella son servidores y cómplices del Caos, aunque no lo sepan.

Lulu y Azor en Averno


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Máquina Onírica: Conversación Perdida

Asmodeo: "¿Quién de nosotros crees que ve más claro?"

Espada de Zariel: La Caída de Azor

Te encuentras en un campo de batalla bajo el cielo rojo sangre de Averno. Un enorme montón de diablos yace muerto. Otros diablos, aún vivos, están sacando cuerpos del montículo, murmurando entre ellos.

En el fondo del montículo, cuando un último cadáver es clavado en una horca y arrojado a un lado, aparece el cuerpo de un ángel. Azor, manchada de sangre.

Los diablos retroceden. Algunos carcajean, pero uno de ellos echa un vistazo por encima del hombro y, de repente, cae postrado al suelo. Otros también, siguiendo la mirada del primero, se tiran al suelo.

Un diablo alto, de piel granate y carmesí, vestido con túnicas negras y doradas, entra a grandes zancadas entre los cadáveres esparcidos. Posee una belleza leonina, con dos cuernos oscuros casi imposiblemente largos que se curvan con gracia desde su frente.

Reconoces este rostro. Es el rostro de Ashmedai, antaño Mariscal Celestial de las Legiones del Cielo.

Los ojos del diablo arden mientras mira al ángel. Con una voz suave de elegancia y gracia pregunta: "¿Dónde está su Espada?".

"Desaparecida". Azor se ahoga en sus palabras. "Asmodeo".

"Tráele agua", dice Asmodeo.

Esperan. Simplemente mirándose el uno al otro. Unos minutos después, traen el agua en un cáliz de marfil y oro. Asmodeo coge el cáliz y se lo ofrece a Azor.

Azor golpea su mano a un lado, derramando la copa en el polvo y la sangre.

Asmodeo sonríe:

"Te miro y veo que estás desesperada. Creíste que podrías cambiar las cosas. Que podrías acabar con la Guerra de Sangre. Pero aquí estás, en un campo de amigos muertos."

"Me miras y sé que ves malevolencia. Ves el mal. Ves una antítesis. Ves traición. Pero hice una diferencia. Y pondré fin a la Guerra de Sangre."

"Hace eones, en mi juicio, cuando te miré a los ojos y me reí... ¿Crees que me burlé de ti? No. Me reí porque te vi parada donde yo había estado antes. Sabía que recorríamos el mismo camino y que tú estabas sólo unos pasos detrás de mí."

"Hace eones, en mi juicio, cuando te miré a los ojos y me reí... ¿Crees que me burlé de ti? No. Me reí porque te vi parada donde yo había estado antes. Sabía que recorríamos el mismo camino y que tú estabas sólo unos pasos detrás de mí."

"Mira a tu alrededor. Mira a los muertos. Apilados. ¿Realmente crees que esto es bueno? ¿Crees que esta carnicería vale la pena porque se hizo por una causa noble? Sabes tan bien como yo que mientras esto continúe, mientras los muertos no sean más que cuentas en los libros de contabilidad de dioses complacientes, el Bien está abandonado. No tiene sentido. Es una pluma de cupido retozando en una isla celestial mientras el sufrimiento hierve por todo el multiverso."

"Sé que viniste a matar demonios. Crees que has fracasado. Yo creo que apenas has empezado."

"¿Cuál de los dos crees que ve con más claridad?"

"Lo que te ofrezco es simple: Una oportunidad de continuar nuestra lucha. Has matado a Terza'reg. Te ofrezco su lugar en los Ocho Oscuros y el mando de una Legión de Sangre. Sírveme y tu Cruzada aún puede hervir a través del Abismo y convertir la Gran Rueda en una nueva época."

Mientras Asmodeo habla, sientes que esto no es más que una verdad entre muchas: Que Azor y Asmodeo conversan en muchos planos de pensamiento diferentes. Que esto no es más que un reflejo mortal de una miríada de complejidades que escapan a vuestro poder de comprensión.

Pero cuando termina, Azor contempla a Asmodeo durante un largo momento. Un momento eterno.

Y entonces extiende su mano.

"Acepto."

Cuando sus manos se estrechan, explotan con una cegadora luz dorada.

Puente de Azor: La Caída de Azor

Se representa a Azor arrodillado ante Asmodeo, con las alas en llamas mientras se queman sus "impurezas".

Inscripción: "A los pies del Archidiablo su corazón se abrió a la verdad, y ascendió a las filas de los dignos."

Conocimiento histórico: La Octava Oscura

Azor fue una de los Ocho Oscuros, el consejo de generales que lideraron las legiones de los Infiernos en la Guerra de Sangre. Se creía que era un ángel caído, probablemente uno de los primeros que siguieron a Asmodeo a los Infiernos, lo que la convertiría en uno de los diablos más antiguos y probablemente más poderosos.

Conocimiento histórico: El Ajuste de Cuentas

Durante El Ajuste de Cuentas, la Guerra en los Infiernos que enfrentó a los Archiduques entre sí, Azor inició las hostilidades formando una alianza con Tiamat y liderando un ejército para asediar Dis, la segunda capa de los Nueve Infiernos.

Cerca del final de El Ajuste de Cuentas, Tiamat traicionó a Azor y el asedio a Dis se rompió. Azor fue encarcelada en la ciudadela de Tiamat.

Puente de Azor: Encarcelamiento de Azor

Azor aparece encadenada. Sobre ella están las cinco cabezas de Tiamat.

Inscripción: "Por la falsa palabra del cobarde Bel, fue encerrada en las prisiones de la Progenitora."

Recuerdo desencadenado: Prisionera

Lulu recuerda la sensación de estar encerrada en una sustancia cálida, esponjosa y húmeda. Una luz rojiza inunda lentamente su alrededor. Hay una sensación de presión unida a una necesidad desesperada de escapar. Sus músculos están adormecidos, pero empieza a empujar débilmente contra la masa carnosa que la aprisiona. Hay una sensación de desgarro seguida de una ráfaga caliente de viento seco. Hay algo que no funciona en su visión... como si un velo rojo le hubiera atravesado los ojos. Sin embargo, la luz... la luz era tan brillante...

Puente de Azor: La Guerra de las Grietas

Azor está en primera línea de una titánica batalla entre diablos y extrañas criaturas que no parecen ni demonios ni diablos, sino baatorianos.

Inscripción: "En gloria triunfó donde el falso Bel fracasó, en el nombre del Señor de Neso."

Conocimiento histórico: Reaparición de Azor

A principios del siglo pasado, Averno se encontraba en estado de tumulto. La Guerra de Sangre iba mal. Azor escapó de la prisión de Tiamat, reunió un ejército y cambió las tornas. Para recompensarla, Asmodeo depuso a Bel, que había sido Archiduque de Averno, y alzó a Azor en su lugar.

Desde entonces, Azor es la Archiduquesa de Averno. Es una líder militar cruel y brutalmente eficaz.

Puente de Azor: Azor se Convierte en Archiduquesa

Azor es coronada por Asmodeo.

Inscripción: "Todos aclamen a la Archiduquesa del Averno, que gobierne eternamente a la izquierda del Archidiablo."

Máquina Onírica: Conversación Perdida

Mahadi: "Amiga mía, encontrarás que la ayuda del Emporio es todo lo que desearás."

Recuerdo desencadenado: Fortaleza

Lulu tiene una doble visión al ver la fortaleza voladora desde un ángulo diferente. Desde este otro ángulo, ella está atada con una cuerda gris y está rodeada por un pequeño grupo de personas: Una mujer vestida completamente con telas de seda animadas y multicolores que se mueven alrededor de su cuerpo. Un par de diablos astados de piel oscura como el carbón. Varios diablillos que corretean. Un hombre sonriente y con barba, vestido con ropas de seda y con una daga curva clavada en una faja que lleva en la cintura, Mahadi.

Cuando el grupo se acerca a la fortaleza, una plataforma plateada semicircular levita lentamente hacia el suelo. Parece ser manejada por un diablo barbado que se encuentra cerca de un pedestal de cobre. Lulu y su grupo suben a la plataforma y ésta comienza a ascender hacia la fortaleza...

Visión de Bahamut: Voces Perdidas

A través de la oscuridad se oyen dos voces.

La primera voz, como si se reprodujera desde un disco rayado, pregunta: "¿Dónde está la Espada?"

Y la segunda voz, débil y desorientada, responde: "No lo sé... No lo sé... Antes lo sabía, pero ya no lo sé. No lo sé."

Nuevos Recuerdos


Su primer recuerdo propio es el de despertarse en las arenas rojas de los Páramos de Averno. Aunque sólo más tarde aprendió que estaba en Averno, la Primera Capa de los Infiernos. Vagó durante un tiempo que parecía interminable antes de llegar al río Estigio y encontrarse con otro errante, Edmund Carsius. Este la acompañó por las orillas del río, a través de los Planos Inferiores, hasta encontrar una manera de volver al Plano Material. De alguna manera acabó convertida en estatuilla en el Callejón Azul de Aguas Profundas. Hasta que Sylvira Savikas aprendió de su existencia y contrató a los Arpistas para que la rescataran y la trajeran con ella a Candelero. Allí vivió unos años, hasta que conoció a la Égida