Historias del Mundo Conocido
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Historias del Mundo Conocido

Relatos

Estos son una serie de fragmentos extraídos de las notas de el historiador Hefénico, que forman parte de los relatos conocidos como "Historias del Mundo Conocido".

Leyendas sobre el caos

La llegada de los Cognos a esta tierra está cargada de leyendas e invenciones. Por eso mismo el comienzo de la primera era, marcado por la primera aparición de estas razas con poder de autoconciencia y razonamiento, es motivo de debate. Cada pueblo jura encontrar pruebas de que elfos, humanos, enanos, o alguna otra raza estuvieron en su tierra mucho antes que en la del vecino. Sin embargo, pocas son las civilizaciones que por vía de la magia o del estudio de los restos que quedan en las zonas más vírgenes de sus tierras, conocen de la llamada edad del caos.

La edad del caos, según describen estos pueblos, precedió a la primera era. Nadie sabe por cuanto tiempo ha existido Aenith antes de que fuera llamada así. Pero en aquellos años toda criatura que pisaba el suelo, volaba en los vientos o hacía de los océanos y ríos su hogar, estaba fuertemente unida a la magia latente de los elementos. En las visiones de los más poderosos chamanes, describen formas distorsionadas por la magia que casi les domina. Figuras primordiales, retorcidas y sedientas del poder vital de otros. Solo cazadores y cazados, no hay armonía entre las entidades que poblaban el mundo y todo es una lucha constante por conseguir un poder mayor a base de arrebatárselo a una presa mayor y más potente.

Esto no es exactamente lo que han encontrado estudiosos en busca de pruebas físicas. No se ha encontrado jamás restos de un cuerpo de una criatura que hoy en día no viva entre nosotros. Definitivamente no hay restos de las criaturas que describen estos "toxicómanos de los poderes mágicos", que es como los colegiados llaman a estos chamanes. Sin embargo, si que, aunque no lo quieran admitir, se han encontrado fuentes de magia en forma de Gemas Pulsantes, en lugares donde marcas de garras y destrucción se marcan incluso en Petracita, una de las rocas más duras y con poderes de absorción de magia.

El primer asentamiento

A pesar de las muchas reivindicaciones de sociedades que dicen remontarse a principios de la primera era. Hasta ahora, solo una de entre tantas ha sido capaz de probar que realmente debe sus raíces al primer asentamiento Cogno, y por desgracia es una sociedad muerta.

Sabemos que es así por los pocos resquicios de arte e historia que sobreviven de aquella época. Dibujos de figuras simples que podrían representar a cualquier humanoide, que conviven con entidades celestiales de enormes tamaños y cazan grandes bestias de colores vivos, que encajan con la descripción de las grandes aberraciones mágicas de la edad del caos. Sin embargo hay un mayor número de dibujos en los que aparece fauna natural de la zona que estos engendros. Dando a entender que su número empezó a disminuir mucho antes de que llegara nadie a poblar este lugar.

Me pesa saber que lo que un día fue el más antiguo asentamiento, donde quizá Cognos, Deidades y primordiales vivían a la vez, y hasta hace poco una gran ciudad que duró miles de años, fue arrasada por las tribus de las Tierras Monstruosas. Lo único que queda de ella es las ruinas que una vez la formaron y la poca información que he podido encontrar en los túneles, cuyas entradas los Orcos derrumbaron con sus mineros todavía dentro.

Nacimiento arcano

Durante cerca unos mil años vivimos sin dominar del todo los poderes mágicos que hoy en día nos rodean, súbditos de los Dioses, aquellos que ejercían cierto control sobre la Urdimbre eran clérigos o en algún sentido vasallos del poder celestial. No fue hasta años después que, según recuerdan los magos más habilidosos, que son capaces de mover su mente hasta este momento, nació el primer hechicero. Nadie sabe nada de sus padres, pero pueden ver una imagen muy clara de el hijo que nació de su unión. Era alto para un humano, pero bajo para un elfo. Tenía orejas no muy puntiagudas, pupilas rojas y una belleza única. Poseía un regalo de su madre, una Gema Pulsante, se postula que la presencia de la magia de esta gema en estado latente durante el embarazo de la madre pudo ser causante de las habilidades de este infante.

A muy temprana edad aprendió que podía controlar su cuerpo a niveles que nadie a su edad puede hoy en día. Podía acelerar su corazón, y ralentizarlo a placer entre otras hazañas menores. Sin embargo, fue un accidente todavía en su infancia lo que desató sus poderes por completo. No se saben las causas exactas, pero sus padres murieron de manera horrible ante sus ojos. Manchado de la sangre que le dio vida, encontró su verdadero poder, la Hemomancia, con este puede controlar su sangre y la ajena, y fue la visión de sus padres aniquilados a su lado lo que hizo estallar su poder en un instante. Poco más se sabe de aquel día, lo ultimo que pueden ver los magos a través de los ojos de este niño es una explosión de color carmesí a su alrededor y cadáveres ensangrentados por todas partes y después la visión termina violentamente para el que la ejecutó.

Quienes conocen la historian le llaman "el primer elfo", dados sus rasgos y la afinidad natal a la magia, sin embargo nada nos dice que sus padres no fueran elfos también. Otros han intentado replicar las condiciones de su nacimiento, llegando hasta a exponer a una madre a poderes mágicos hasta la tortura, estos experimentos se han intentado borrar de la historia dado lo atroces que eran, y todos los que se conocen fueron en vano. Por otra parte hay hechiceros que han trabajado toda su vida para convertirse en Hemomantes como su primer "Mesías", sin embargo son pocos los que han si quiera controlado la forma más básica de este poder, y siempre ha sido considerada una magia oscura, dado su poder potencialmente destructivo y la cantidad de vidas inocentes que deben derrocharse en su estudio.

Pero definitivamente, la mayor influencia que tuvo sobre la historia fue en la creación del primer templo de todo el continente, situado en lo que ahora es lo más profundo del Lago Esmel. Hasta que una catástrofe de origen desconocido destruyó esta sociedad, dejando en su lugar únicamente un lago, un templo inundado en el fondo, y la información que llega hasta nosotros de mano de las historias que escribieron los que consiguieron escapar de esta desgracia sin saber que la había causado. Por todas estas leyendas y mitos, este es lugar de peregrinaje de todo practicante de la magia arcana que se precie de las Grandes Colinas y sus alrededores.

El Primer Imperio

La fecha que marcó el inicio de la Segunda Era fue el año 5872. Este fue el año en el que Sharrum-Kin, un esclavo Alto Elfo consiguió armar a sus hermanos en contra de una causa común, derrocar a los reyes humanos que dominaban las tierras y formar el primer auto proclamado Imperio Élfico, sin embargo, el líder de esta rebelión no pretendía liberar a los esclavos para erradicar la esclavitud, pretendía asediar el poder y gobernar como emperador, poniendo el valor de una vida élfica por encima de el de la humana, usando a los humanos como carne de cañón y peor que le habían tratado a él, todo con tal de extender su imperio. Y fue tal el orgullo de los elfos y su odio hacia una raza que consideraban menor, que no hubo uno que no se uniera a la causa, creando una expansión que dejó marca en toda la historia.

El dominio de este imperio llegó a abarcar la mayor parte de las Grandes Colinas, encontrando dificultad en dominar las zonas más cercanas a los Muros Montañosos, fortificados por enanos y en el inicio de las Tierras Monstruosas, que eran entonces un terreno yermo, árido y solo poblado por criaturas sedientas de conflicto y destrucción.

El imperio duró en su estado pleno más de mil años, hasta la muerte por causas naturales de Sharrum-kin. Desde entonces, y por culpa de la corta vida de cualquier emperador que ascienda al trono, por causas extrañas o directamente asesinato en las calles, el imperio está en decadencia. Los elfos luchan por los escaños de poder, mientras que día tras día pierden terreno en sus fronteras ante los Reinos Humanos que retoman sus tierras en reconquista, enanos que asedian sus montañas e incluso hordas que arrasan sus ciudades. Ni siquiera a día de hoy nadie sueña con que la capital del imperio caiga, dado el alto poder adquisitivo que controla y lo bien fortificada que está. Pero el imperio, después de miles de años, no es lo que un día llegó a ser.

Sin Rastro de Sangre

La historia de Anauroch tal y como se conoce ahora comienza en la Segunda Era, siglos después de que las ciudades flotantes que formaban el imperio conocido como Draconia cayeran. Los dracónidos de Anauroch tardaron milenios en convertirse en una civilización funcional, dado que resulta imposible sobrevivir sin los medios necesarios en este desierto repleto de magia errante, y dentro de este, cualquier asentamiento lo suficientemente grande es un manjar para todo dragón o criatura mágica que se precie.

Pero solo fue necesario tiempo para que las tornas cambiaran, y en los inicios de la segunda era, los primeros miembros de las tribus Dracae consiguieran conquistar la totalidad de la Llanura de los Monolitos, sin contar su engorroso sistema de cuevas y cañones geográficos. Con dominio sobre sus tierras y ahora dotados de monstruosas criaturas de carga, pusieron sus ojos en el horizonte, y arrasaron en conquistas llenas de sangre y fuego con toda tribu que se asentara en los desiertos del noreste de Aenith, que ahora se conocen como la Sangre Seca, Anauroch, un nombre muy apropiado, dado que lo único que queda de los pueblos que se opusieron al invasor son cenizas mezcladas con la arena, sangre seca.

Reconquista sagrada

Llevados por su odio a los elfos, los Reinos Humanos avanzan en guerra para reconquistar los terrenos que un día fueron suyos. Las ciudades élficas de la frontera norte caen sin mucha resistencia dada la inestabilidad de su gobierno, inmerso en luchas de sucesión. Un tercio del imperio ha caído en manos humanas, pero conforme sus tropas se acercan a Ciudalia, la capital del Imperio, situada junto y protegida por los dos rios que toman su cauce al Lago Sensiz, es la mayor fuente de la resistencia y en su posición estratégica defiende, aún sin gobierno estable, las ciudades que la rodean.

Más de un milenio después la guerra ha cesado tras la necesidad de coalición por ambas partes. La mayoría de territorios del norte de las Grandes Colinas han sido recuperados por los humanos, formando tres reinos en total. El imperio sigue disfrutando de una gran cantidad de terreno al sur, extendiendose de este a oeste lo suficiente como para albergar ciudades pueblos y villas para todos sus habitantes. Hoy en día los lideres de ambas fuerzas, el Rey Uriel Altfort III y el Emperador Melandrach Sempitierra se encuentran en paz gracias a los tratados de la Alianza de los Lores.